¿Nuestro perro mendiga comida de la mesa? Ese es un comportamiento que debe corregirse a fin de salvaguardar su bienestar y nuestra salud.
Los malos hábitos a que acostumbramos a nuestra mascota puede llegar a ser la raiz de un problema mucho peor y de difícil solución para su dueño.
Tenemos la obligación de educar a nuestro perro para proporcionarle una vida tranquila y sin ansiedad. A veces podemos llegar a errores sin malicia, por eso intentamos aconsejarte y ayudarte con la toma de decisiones, intentando evitarte errores que nosostros ya hemos cometido. Los malos hábitos en la alimentación es uno de ellos.
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¿Es correcto darle de comer al perro comida de la mesa?
Nuestro perro tiene el derecho en casa de disfrutar de una alimentación adecuada, que se adapte a sus necesidades nutricionales para que de este modo se pueda desarrollar con normalidad y eficacia.
Un suministro adecuado de alimentos conduce a una excelente relación con los animales en casa, evitando a que aprendan una mala conducta que
pueda poner en peligro la convivencia pacífica con la familia o sin
riesgo de afectar negativamente a la salud de los propietarios, a falta
de las más elementales normas de higiene.
Dejar que el perro repose las piernas en el mantel o que pase
completamente por encima, revela un claro riesgo para la salud humana.
Además de esto, cabe mencionar que muchos de los problemas de comportamiento tienen su origen o pudieran derivarse del incumplimiento de lo básico de establecer una jerarquía.
Es conveniente que en nuestro hogar, el perro se alimente únicamente de
su bol, y que no se acostumbre a mendigar comida de nuestra mesa.
A menudo, muchos amos piensan que el hombre ha de comer antes que el perro. ¿Es esto cierto?
De buen seguro que no. Esto podría ser perjudicial y
considerado como un abuso a nuestro perro, pues, como tiene hambre, se
ve obligado a babear y oler la comida que hay encima de la mesa. Por
eso, es tan importante el respeto y la disciplina, sin excesos, para
establecer una relación apropiada entre amo y perro.
El dueño del perro debe de ser prudente y renunciar al momento de
indudable satisfacción que manifiesta el perro al premiarlo con comida
de nuestra mesa.
Una alternativa para poder tener este tipo de relación con nuestro perro y poder premiarlo es mientras nos relacionamos con el realizando diversas actividades como jugar con el, peinándole el pelo, aseándole, abrazándole, paseando,etc…
Atención!
Además, los alimentos que ingerimos no son siempre los más adecuados para el perro.
En la composición de los alimentos, a menudo los restos de la mesa están hechos de comida demasiado condimentada, picante, salada, fritos o azucarada, por lo que para su capacidad digestiva y sus necesidades metabólicas son muy nocivas. Otro riesgo que se pasa por alto pero que es fundamentalmente importante son los huesos pequeños, que cuando nuestro perro los mastica, al ser tan pequeños, es fácil que se metan en los tejidos blandos del tracto digestivo y causen enfermedades.
Cuidemos de nuestro perro tanto como cuidamos de nosotros mismos.