La hepatitis infecciosa canina es una enfermedad muy contagiosa que se transmite a través de la vía respiratoria. El virus afecta principalmente al ADN, produciendo necrosis lobular (daño en el tejido) del hígado.
Acude rápidamente al veterinario para evitar que esta enfermedad sea fatal.
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Síntomas en perros
Produce fiebre de más de 40ºC, además de convulsiones y apatía. Tiene una larga persistencia en el medio ambiente, y suele afectar normalmente a los cachorros que tienen menos de doce meses, o en perros que ya están mayores. Dicho virus en los cachorros, si no están bien alimentados o vacunados, puede conducirles a la muerte prematura, por eso es conveniente vacunar a nuestro perro una vez al año desde los dos meses de edad.
Un perro que haya sido curado de este virus, puede contagiar a otros perros durante un período de varios meses posteriores, por lo que si se puede evitar el contacto con otros perros… mejor, así evitamos que otros padezcan este terrible virus.
Los síntomas son variables e incluyen la pérdida de apetito, dolor abdominal, secreción de los ojos y la nariz, vómitos, diarrea, encías pálidas, dolor abdominal, insuficiencia hepática y renal; fiebre alta(superior a 40ºC), alto ritmo cardíaco y respiratorio, conjuntivitis y faringitis en caso de que la hepatitis se manifieste de forma aguda.
En los perros que transmiten esta enfermedad a otros, se puede observar una ligera opacidad de la córnea (ojos azules).
Esta enfermedad no se transmite al ser humano, sin embargo el ser humano si puede transmitir al perro la hepatitis C.
Tratamiento hepatitis infecciosa en perros
El principal tratamiento de esta enfermedad en perros es la vacunación. Su mortalidad es muy alta en cachorros y perros no vacunados.
Existen tratamientos antibióticos para paliar sus efectos. Consulte con su veterinario en caso de sospecha.